Todos tenemos una melodía, una canción, un compositor, un cantante favorito. Aunque no seamos unos melómanos empedernidos, hay temas que de un modo u otro han marcado algún episodio de nuestra vida. Una canción que nos recuerda nuestra infancia, el primer baile al que “nos dejaron” asistir, los famosos guateques cargados de recomendaciones antes de acudir a ellos, los ritmos de un verano inolvidable o las canciones que cantábamos a nuestros hijos son algunas de las melodías que nos vienen a la memoria, porque los seres humanos disfrutamos mucho de los miles de sonidos que nos rodean, pero también tenemos la capacidad de crear los nuestros y de llevarlos con nosotros.
Algunas personas dicen que la música es la mejor terapia, y en cierto modo tienen algo de razón. La música nos permite conectar con nuestras emociones y recuerdos, e incluso muchas veces nos ayuda a descifrar cómo nos sentimos en realidad.
Los sonidos, las voces y los ritmos ayudan a crear conexiones y a despertar sentimientos en nosotros, independientemente de la edad o situación personal que estemos atravesando.
Pero por encima de todo, la música nos deleita, nos anima, nos relaja y por este motivo quiero que escuchemos música juntos ¿os parece buena idea?