Los postres muchas veces son el broche de oro de una excelente comida, y un acompañamiento dulce en el desayuno, merienda o un momento “de bajón” nos puede endulzar la vida.
¿A quién no le gusta un postre? Los postres, con su variedad de presentaciones, no necesariamente tienen que aportar una sobrecarga a una copiosa comida. Después de una comida abundante ¡qué bien entra un sorbete! Ahora también están de moda los postres presentados de forma individual, y un vasito con mousse de limón o chocolate tampoco es excesivo.
También vamos a incluir otro tipo de dulces, muchas veces asociados a lugares concretos o conmemoraciones festivas. Los sobaos pasiegos es inevitable relacionarlos con la comunidad cántabra, las flores fritas con la Mancha, los buñuelos en las fallas, las yemas de Santa Teresa en Ávila, la tarta de Santiago, etc.
Y vamos a deleitarnos con tartas, bizcochos y dulces caseros que seguro nos evocaran el olor que nos invadía en los hornos y pastelerías de nuestra infancia.